En abril de 1923, hace ya 100 años, las hermanas de la Congregación de Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, la misma congregación del Tewecado Santa María de Guadalupe, decidieron establecer el Internado Indígena Nuestra Señora de Guadalupe en la Sierra de Tarahumara, en México, para paliar la situación de miseria de los niños rarámuri. El internado ofrece una acogida integral a los niños indígenas para que puedan estudiar, estén a salvo de la violencia física y lleven una alimentación saludable, ya que si vivieran con sus familias sería poco probable que pudieran comer tres veces al día debido a la pobreza extrema en la que se encuentran. En la actualidad, tienen acogidos a 41 niñas y 40 niños en el internado y cuentan con 130 alumnos en la escuela. 

México tiene un grave problema de discriminación hacia los indígenas, tanto por sus características físicas como por sus costumbres y sus creencias, lo que deja a los indígenas rezagados y con pocas posibilidades de subsistir. Las hermanas trabajan con los niños para eliminar estas discriminaciones en el colegio, enseñando a todos los pequeños algunas palabras en rarámuri como hola (kwira), adiós (ariochi ba) o gracias (chaliera ba). Además, consideran de suma importancia respetar y mantener las diversas tradiciones culturales de los pueblos indígenas, y lo hacen a través del lenguaje y el baile.