Rumanía, Iasi y los padres guanelianos.

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Carta desde Rumanía

Rumania es un país del sureste europeo conocido por la región de bosques de Transilvania, rodeada por los montes Cárpatos, y el mar Negro. Tiene más de 238 mil km² y supera los 19 millones de habitantes (2020). La mayoría de la población pertenece a la etnia rumana (88,9 %), seguida por una importante colectividad de húngaros (6,6 %) y de gitanos (2,5 %). Ucranianos (0,3 %), rusos, alemanes (0,3 %), turcos, búlgaros, italianos y serbios, junto con otras minorías, constituyen el resto de la población.

En 1989, con la caída del comunismo, el nuevo gobierno emprendió una serie de reformas para introducir el sistema de economía de mercado. Así, Rumanía experimentó una economía de transición extremadamente difícil, marcada por una aguda crisis económica (una caída del 48 % del PIB industrial, una inflación de entre el 50 % y el 300 % y el colapso de la moneda).

Nuestro proyecto en Rumanía se sitúa en Iasi, una de las ciudades más pobladas e importantes del país, situada al nordeste del país, cerca de la frontera con Moldavia. La ciudad fue capital del Principado de Moldavia desde 1564 hasta 1859, de los Principados Unidos de Valaquia y Moldavia entre 1859-1862, y del Reino de Rumanía entre 1916-1918. Conocida como “La ciudad sobre siete colinas” y “La ciudad de los grandes amores”, Iași es un símbolo de la historia de los rumanos.

La primera universidad rumana fue contruida en Iasi, posicionándose como una ciudad importante a nivel académico, con una rica vida social y cultural y más de 80 mil estudiantes en la actualidad, repartidos en cinco universidades públicas y tres privadas. Iasi también cuenta con el Teatro Nacional, el Jardín Botánico y la Biblioteca Central Universitaria más antiguos de Rumanía, así como numerosos festivales, centros culturales, museos, casas memoriales y monumentos históricos.

Los Padres Guanelianos cuentan con una casa hogar en Iasi donde acogen a jóvenes que necesitan acompañamiento y apoyo psicológico. Además, han acogido a familias refugiadas de Ucrania. Desde la Fundación, conscientes de la situación delicada en la que se encuentran los menores refugiados, decidimos apoyar la labor de los Padres Guanelianos en la acogida temporal de familias de refugiados, incluyendo alojamiento, vestido, manutención, gestión de documentos, atención médica y psicológica.

Os dejamos la carta que hemos recibido del Padre Bakthis desde este proyecto:

Queridos miembros de la Fundación Sociedad Protectora de los Niños,

Un sentido agradecimiento por el cariño cercano y la ayuda que habéis sabido demostrar con nosotros. Siempre recordaremos con gratitud vuestro generoso interés y vuestra disponibilidad para apoyar a los prófugos de Ucranios que acogemos en nuestra comunidad  guaneliana en Rumania.   

Efectivamente, los niños viajan con sus mamás, tías o abuelas, llegan a Iasi o a Bucarest y luego, a través de los centros de acogida se ponen en contacto con la familia guaneliana. El período de acogida es a tiempo indeterminado aunque tenemos que prever que es posible que sea por mucho tiempo. 

Ahora, es urgente que todos este niños que entran sean protegidos y tengan acceso a comida   suficiente, al amparo y soporte necesarios para su salud mental. Sin embargo la catástrofe que estamos  viviendo y que vemos delante de nuestros ojos no se terminará, y los niños y sus familias no estarán seguros, hasta que la violencia no se detenga.

La familia guaneliana en Rumania reafirma su voluntad de trabajar, junto a la iglesia   local, por el bien de estos hermanos que han tenido que abandonar su hogar.

Vivimos el espíritu de San Luigi Guanella “Un corazón cristiano que cree y que   siente no puede pasar delante de las indigencias del pobre sin socorrerlo: en este se conoce  qué uno es verdadero seguidor de Jesús Cristo, si tiene caridad para los pobres y por los dolientes, en los que está más viva la imagen del Salvador.” Con vuestra generosa donación, nosotros continuamos a mejorar la vida de muchas personas necesitadas.

Os aseguramos que gastaremos el dinero con sinceridad, transparencia y con sentido de pobreza.   

Os admiramos por los importantes sacrificios que hacéis por nosotros. Por ahora me limito a daros las gracias por la ayuda que nos habéis dado y por el gran corazón que habéis demostrado. Os recordamos en nuestra  oración con sentimientos de gratitud. Os pedimos también una oración por nosotros.

Don Bakthis, don Bautista y los seminaristas guanelianos.

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