LA SITUACIÓN DE LOS NIÑOS EN EL CONGO
Los conflictos armados en la República Democrática del Congo continúa debido a los intereses en la increíble riqueza del país, a costa de la salud y bienestar de familias y niños. OSEPER, uno de nuestros proyectos en El Congo, procura dar asistencia a los niños desamparados que viven en la calle, con los peligros que ello conlleva a todos los niveles.
Este proyecto cuenta con una unidad móvil que transita por la noche y les permite dar asistencia sanitaria, higiénica, alimentaria y formativa a los niños de la calle, aunque recientemente se han visto obligados a reducir el número de ambulancias por falta de recursos. El equipo móvil es un servicio esencial para atender, sensibilizar y orientar a los niños de la calle, así como para buscar soluciones a los problemas que presentan y derivarlos a los centros de acogida, donde reciben las atenciones que necesitan.
Gracias a la colaboración de la Fundación, se han podido mejorar la calidad de los servicios ofrecidos a niños y jóvenes, especialmente en las áreas de salud, educación, alimentación, higiene y vestido. Hay que tener en cuenta que muchos niños llegan enfermos, por lo que es necesario realizar análisis médicos en profundidad y aplicar los tratamientos que correspondan para curar patologías como la malaria, fiebre tifoidea o incluso infecciones de transmisión sexual.
El objetivo, siempre que sea posible, es la reinserción familiar y de los últimos 19 niños encontrados en la calle, 15 consiguieron reunirse con sus familias. En total hay 40 niños que han podido ser reintegrados en sus familias, después de hacer un seguimiento e investigación para comprobar que podían seguir viviendo juntos.
Algunos de los niños que llegan el centro proceden de prisión, ya que en situaciones de extrema pobreza muchas ocasiones se ven empujados a delinquir. Cuando llegan al centro, lo primero es proporcionarles atención sanitaria, alimentación, vestimenta y un acceso especial a higiene personal, ya que la mayoría de veces vienen con enfermedades contagiosas de la piel como la sarna. Una vez están completamente recuperados y sanos, se inscriben en programas de alfabetización y educación, recibiendo actualización académica y formación para desempeñar un oficio y que así puedan tener un futuro digno.
En el centro también les proporcionan atención psicológica para acompañarles y atenderles durante todos sus procesos. El psicólogo organiza consultas psicológicas, establece diagnósticos y realiza ciertos test para buscar la raíz de cada problema, apoyar a cada niño y a sus familiares adecuadamente y fomentar la evolución y el interés del menor.
Además de cubrir las necesidades básicas, también procuran organizar actividades lúdicas y deportivas como fútbol, danza, pintura o teatro para que los pequeños disfruten de ratos de ocio y juego, lo cual es esencial para un adecuado desarrollo personal, físico y psicológico en la infancia.
Este proyecto realiza una labor esencial en el cuidado y protección de los niños de Kinshasa, pero muchas veces la falta de recursos dificulta mucho su labor. Desde la Fundación procuramos buscar nuevas formas de contribuir con el proyecto para poder seguir mejorando las condiciones de vida de los pequeños. Ahora mismo Mamá África, uno de los centros, está en rehabilitación, por lo que los menores han tenido que ser trasladados a otro edificio y se han tenido que suspender la recepción de nuevos niños hasta que finalicen las obras, las cuales avanzan lentamente por problemas de financiación.
Tu ayuda, por pequeña que sea, es el motor de cambio para mejorar la situación de muchos niños de El Congo.
